Carta desde Europa: Notas sobre la actual economía política de guerra

El Salto, 21 de mayo 2024

La propaganda de guerra tiene como objetivo disfrazar un conflicto de intereses que podría resolverse por la diplomacia como un conflicto de vida o muerte entre formas de existencia incompatibles.

Las guerras consisten en matar y morir. Esto las convierte en asuntos apasionantes, que rozan lo metafísico. Cuando se trata de combatir sobre el terreno, no hay guerras tecnocráticas, limpias y ecuánimes, libradas en el campo de batalla con la Convención de La Haya sobre Guerra Terrestre en la mano. Si hay que elegir entre cometer un crimen de guerra o morir, los soldados no se lo piensan mucho. Tampoco pueden dejar de odiar a quienes quieren matarlos, lo que hace más fácil matarlos primero por precaución. Las familias en casa perdonarán; es mejor que muera el enemigo que su hijo, su marido o su padre. El enjuiciamiento de soldados por su país por crímenes de guerra es raro; aún más rara es la condena, ya que la moral es más importante en la guerra que las morales. (…)

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